- Anabel Cervantes Alva
Ladrón de amores
Él fue un seductor asaltante,
ladrón de amor por oficio
un roba todo sin armas,
un galán de cobertizo.
Cuando me miró pasar
me dejó sin lastre,
cuando mi autobús abordó
no pagó pasaje.
El día que me descuidé
me robó hasta el apellido
y a cambio el embustero
me regaló un vestido.
El tiempo pasó,
aprendí su oficio;
robé su corazón alquerque
sus tras noches de vicio.
Robé de su bóveda mil besos
y de su alquitrán los suspiros.
4 vistas0 comentarios