- Anabel Cervantes Alva
Para mi luna plateada
Reclinada estaba la niña pequeña
descansó su cuerpo sobre la madre tierra;
volteó hacia mí, observé su mirada
y quedose tranquila, pensativa, admirada.
_¡Qué grande es el cielo, qué bellas estrellas!
quisiera volar y brillar como ellas,
tan fuerte y tan alto para mirar la tierra
y velar la noche cantando un gorjeo
tejiendo un vestido de plumas coquetas
para vestir a la luna y darle las gracias
por su mágica luz,
por sus noches plateadas.
Y sostenida en el vuelo disfrutar de asombro
y bailar mi dicha en un canto sonoro.
Ya sé lo que quiero soñar esta noche,
tú y yo volaremos como fiel compañeras;
bañadas de luz emprenderemos un viaje
tomadas de la mano trazaremos la brecha.
Sobre el ecuador celeste al este de Tauro,
tres estrellas mágicas nos darán un abrazo;
con su luz Orión acompañará nuestro vuelo
y dormiré feliz sobre tu regazo.
Al despertar brillante al otro lado del mundo
con tu hermoso vestido de plumas coquetas,
algún otro niño te dará las gracias,
por tu mágica luz
entre estrellas y galaxias.